La música ayuda al cerebro a formar recuerdos a largo plazo

La música tiene un papel destacado en la vida cotidiana de muchas personas. Ya sea como trabajo, para recreación, por distracción o para mejorar el estado de ánimo, muchas personas escuchan música desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche, y los géneros y ritmos son tan variados como variado es el gusto.

Debido a que es prácticamente omnipresente, la música se ha identificado como importante en la construcción de recuerdos autobiográficos y, por lo tanto, para emitir juicios sobre uno mismo y los demás. Pero, ¿Qué piezas musicales recordamos y cómo se relaciona la música con nuestra memoria? Esta interesante cuestión ha recibido hasta ahora sorprendentemente poca atención en la ciencia pero hay algunos estudios que relacionan a la música con la formación de recuerdos a largo plazo.

Me acuerdo de aquella canción

Varios artículos científicos han mostrado el papel de la música en la formación de la memoria. Por ejemplo, un paper científico de 2007 titulado «Efectos del cambio de timbre y tempo en la memoria de la música», concluyó que ciertos timbres musicales pueden mejorar o empeorar la memoria para materiales no semánticos (o sea, objetos y momentos físicos) y algunos tempos (velocidad de una canción) son más fáciles de recordar que otros.

Otro análisis de 2016 también encontró que hay una relación entre la memoria y la música, ya que las melodías y armonías activaban ciertas regiones del cerebro encargadas de conformar memorias a largo plazo.

Otro dato importante, encontrado en un estudio titulado «Apoyo a la cognición del área de Broca» (una parte del cerebro), es que en los músicos, en comparación con los no músicos, hay más materia gris en la parte de la corteza frontal conocida por acomodar las redes neuronales que están involucradas en varios procesos importantes de la memoria.

De todo esto se puede concluir que aprender música ayuda a la formación y desarrollo de una memoria a largo plazo más fuerte y resistente al paso del tiempo. Además, aprender música mejora el aprendizaje en general de tareas no verbales, o tareas episódicas, que se entienden como aquellas relacionadas a eventos, lugares, tiempos, emociones y otros conceptos que no tengan que ver con la palabra hablada.

También se sabe que la música activa todo el sistema límbico, que participa en el procesamiento de las emociones y el control de la memoria: la mayoría de los estudios que han examinado la memoria musical no se han centrado necesariamente en el papel de esta en las emociones, pero se han encontrado efectos positivos al respecto. Toda una serie de estudios se pueden encontrar en este enlace.